Cuando estoy en el proceso creativo hay un impulso que me empuja hacia lo desconocido. Me convierto en el primer espectador, el explorador, y mi motivación es sorprenderme y por eso mi obra trata sobre abrir puertas. Si cruzar por una puerta conduce a lo desconocido, o a un misterio que se halla detrás de otra puerta, yo tengo que seguir el laberinto. No se trata de mis ideales sino de lo que significa descubrir una parte de la verdad, una verdad universal y nuestra verdad compartida. Estoy en constante consideración del gran continuo, y las diferentes maneras de compartir el espacio. Quiero que aquellos que ven mi obra se sienta incluidos y sepan que ellos mismos son parte de esa obra.